Tanto las cajoneras de oficina como los archivadores de oficina son uno de los productos que más recomendamos para amueblar oficinas de cualquier tipo Lo cierto es que se trata de muebles muy prácticos, con más aplicaciones de las que pensamos y que nos pueden ayudar a mejorar la organización y el flujo de trabajo de nuestra oficina.
En este artículo vamos a crear una guía para elegirlos respondiendo a tres preguntas; por qué emplear estos muebles de oficina, cómo incorporarlos a nuestro espacio de trabajo y qué modelos utilizar para cada caso y situación
¿Por qué elegir cajoneras o archivadores?
En el caso de las cajoneras estamos hablando de una muy buena solución cuando disponemos de poco espacio o queremos aprovechar al máximo el que tenemos. Su reducido tamaño hace que su uso principal, bajo nuestra mesa operativa nos haga darle un mayor uso a ese espacio al que tan poco sacamos partido. La mayoría de las cajoneras vienen también equipadas con ruedas, lo que les añade versatilidad; son muy fáciles de reubicar con lo que podemos acomodarlas donde más fácil nos resulte acceder a ellas.
Por último, disponemos de ellas en diferentes configuraciones, con cajonera con cajón archivador o cajonera con varios cajones, con lo que podemos usarlas para diferentes objetos y documentos, siendo uno de los muebles de almacenaje de oficina más polivalentes.
En el caso de los archivadores, su principal función es permitirnos un acceso ordenado a la documentación que generamos, en especial en aquellos negocios en los que es importante mantener un histórico de los proyectos y tareas para poder recurrir a ellos en cualquier momento.
Por este motivo, siempre recomendados incorporar archivadores a nuestra oficina desde el primer día, especialmente para nuevos negocios, ya que clasificar toda la documentación a posteriori, cuando realmente lo necesitamos, es una tarea que consume mucho tiempo.
Otra importante ventaja es que el diseño de la gran mayoría de los archivadores es muy eficiente. Nos permite contener grandes cantidades de ficheros empleando muy poca superficie de la oficina.
¿Cómo empleo mis cajoneras y archivadores?
Nuestros consejos para utilizar estos muebles son útiles aplicados a cualquier escala, sirven en grandes y pequeñas oficinas, así como en despachos individuales e incluso en las cada vez más populares oficinas en casa.
La configuración más básica y que es una necesidad en cualquier trabajo de oficina es una cajonera individual para cada mesa y puesto operativo; toda la documentación y material necesario para nuestro trabajo del día a día al alcance de nuestra mano.
Aprovechando la movilidad que nos dan las ruedas de las cajoneras, una buena idea es utilizar una hilera de cajoneras con, por ejemplo, documentos o ficheros de uso común, de forma que se pueden mover junto a cada uno de los puestos de la oficina según la necesidad.
Una de las ventajas de esta configuración es que gracias a la altura reducida de las cajoneras podemos mantener la línea de visión entre los diferentes puestos despejada, lo que crea una sensación más agradable para el trabajo, algo que también se traduce en una mayor concentración y productividad.
Dentro de los potenciales usos para tener muebles de oficina para almacenaje compartidos entre varios puestos, una de las mejores configuraciones por su eficiencia es la de distribuir los puestos en la oficina por pares de forma que los trabajadores se estén dando la espalda. De esta forma podemos colocar un archivador o cajonera entre ambas mesas en uno de los extremos, donde es fácilmente accesible para cualquiera de los trabajadores. Si ese lateral de las mesas está situado contra una pared estaremos también aprovechando un espacio que, por norma general, quedaría en desuso.
Otro consejo es que si al comprar nuestra mesa nos decantamos por un modelo más amplio conseguiremos tener espacio suficiente para colocar cajoneras a ambos lados, pudiendo tener una con cajón archivador para documentos y otra con tres cajones para material de oficina y otros. Tener más superficie en la mesa nos ayudará también a que nuestro espacio de trabajo tenga un aspecto más ordenado, ayudando a nuestra concentración.
¿Qué modelo es el más interesante para mí?
Para hacer esa valoración tenemos qué tener en cuenta de cuánta superficie disponemos en nuestra oficina y cuánto espacio necesitamos para almacenaje. En el caso de los archivadores, si tenemos poca superficie y tenemos una gran cantidad de documentación, los modelos estrechos como el archivador metálico Rasan o también el archivador metálico Veneur son excelentes, ya que aprovecharemos su altura.
Si además de ficheros, buscamos un espacio en el que guardar material diverso, modelos como el Armario archivador alto Emese o también el Armario archivador Arti nos ofrecen dos amplios cajones de archivo y varias baldas para otro tipo de elementos.
En el caso de las cajoneras, con el uso más habitual acompañando a una mesa operativa o una mesa más de alta dirección como es una mesa de despacho, debemos buscar una que combine bien con ella. Modelos de madera como la cajonera Macac o la cajonera Garbo tienen unas líneas clásicas que encajan en casi cualquier oficina, mientras que las metálicas como la cajonera Ten o la cajonera Mocan nos traen un estilo actual.